Confusa
Al día siguiente de haber pasado un día horrible me levanté de un brinco. Desayuné una tostada con aceite mientras que veía al dálmata mono de la " Patrulla Canina" por mi hermana , que lo miraba atentamente. Cuando terminé dejé las cosas en el lavabo. Subí las escaleras dando saltitos. Cogí del armario una camiseta de manga corta azul y un suéter blanco que me pondría encima y unos leggins negros que daban referencia de cuero . Me pondría mis combers rojas y mi chaqueta de cuero que pegaría bien con los leggins. Me miré al espejo y me dirigí al baño. Me peiné con el peine nuevo. Cogí dos mechones de pelo y me los crucé volví a hacerlo hasta la cuarta vez. Una vez que lo tenía, me puse cuatro horquillas para el pelo cruzado y bien sujeto. y pelo suelto lo demás. Me había quedado muy bien y bajé las escaleras contenta. Cogí la bandolera que la tenía al lado del sofá .
-Adiós abuela. Dije con una voz suave y calmada.
- Adiós. Respondió.
Cerré la puerta y fui andando con un poco de prisa. Quería llegar pronto para poder encontrar a mis amigas a tiempo y hablar con ellas. Cuando llegué fui subiendo las escaleras que en la segunda planta en frente donde había ventanas, siempre quedábamos allí antes de que empezasen las clases . Subí las escaleras y me las encontré. Siempre quedábamos ahí antes de que empezaran nuestras clases. Me dio alegría pero estaba nerviosa. Estaban hablando entre ellas. Pero empezó a sonar el timbre y las esquivé . Llegué a la clase de matemáticas saqué las cosas y empezamos a corregir. Después de un rato llamaron a la puerta y después de unos segundos la abrieron.
-Buenos días. ¿ Eva Haley ?
Extrañada me levanté de la silla y la arrime a la mesa. Por los pasillos la seguí hasta llegar una sala pequeña que nunca había visto .
-Señorita Haley. Lo siento mucho. Dijo con voz baja.
Me senté en la silla , mis piernas empezaban a temblar.
-La hemos tenido que cambiar el horario. Por lo que creo que debe estar en algunas asignaturas más avanzadas como en ciencias naturales y Geometría. Me tranquilicé mucho más.
-Aquí tiene su hoja de vuestro nuevo horario.
-Muchas gracias. Dije cogiendo el folio mientras me levantaba de la silla.
-Sigue tu clase. Ordenó.
Salí de la sala y me metí en la clase de Mates pero ya faltaban cinco minutos para terminar . Por lo que recogí las cosas .
Una vez que las tuve recogidas me levanté y me fui al gimnasio. ¡Pero no tenía ropa para la clase de Educación Física! El profesor me iba a echar de la clase por lo que me alegré bastante pero iba a perder la confianza del profesor de que sea responsable de mis cosas. Me alegraba porque me sale muy mal la clase de E.F. , más bien la pelota era mi enemiga. El único deporte que me sale bien es montar a caballo . Y bueno cuando me aburro me pongo los patines y empiezo a pasear a mi perrita para que sea más divertido y algo con que entretenerte como no caerte con los patines mientras que tu mascota te va llevando por todas partes olisqueando.
Montar a caballo es la salvación de la casa porque siempre estoy buscando concursos para ganar algo de dinero para pagarla. El dinero que heredé da bien pero siempre hay un final de que se acaba por lo que cogemos 100 euros cada mes; mi abuela gana 750 euros en nuestra tienda de telas y yo ,me voy ofreciendo pasear perros. Pero siempre estamos muy escasos de dinero por mucho que trabajemos. En lo único que no pagamos son los libros del instituto que me los da una antigua amiga de mi madre . Y además tenemos que cuidar a mi caballo Fresón y a Mika . El material de jinete es muy caro y por eso siempre me cojo de segunda mano del "Wallapop" y aparte lo cuido como si fuese el primer día que lo uso.
Por los pasillos iba pensando en que podía hacer con el tema de E.F . Lo único que se me ocurrió fue no ir a clase. Era la única solución aparte de que me alegraría. No fui y estuve estudiando en los pasillos para estar preparada en las clases avanzadas .Cuando sonó el timbre me dirigí al patio para encontrar a mis amigas.
-¡Nicol!. Grité.
Ella se giró y después las demás.
-¿Tu otra vez?. Dijo y siguió su camino.
Corrí hasta llegar a ellas y cogía Nicol de la muñeca. Ella se giró mientras yo tenía la cabeza dirección al suelo.
-Solo era mi opinión de Nuria desde el principio - Cuando dos gotas de cada lado salieron- Yo bueno es que... lo del maquillaje para veros más guapas y los chicos se fijen... nunca ha sido mi gustó.
-¡ Cállate! Por mucho que te disculpes no vas a conseguir nada, una vez que se haces difícil de confiar. Dijo quitándose mi mano de su muñeca.
Mi mano desplegada me la guardé de donde tenía que estar . Me di media vuelta y salí corriendo hasta llegar al patio de un rincón que siempre me ponía cuando me encontraba mal . Me abracé las piernas con la cabeza abajo para que nadie me viese la cabeza. Apretaba mis piernas contra mi pecho todo lo que podía. Una vez que me desahogué, asomé la cabeza y me quité las lágrimas de la cara. Desplegué mis piernas todavía apoyando la planta del pie y estirando mi espalda en la pared al vez quitándome las horquillas del pelo Desde la ventana que tenía en unos tres centímetros de distancia oí unos pasos de una persona y cada vez más cerca. Me puse tensa y pegada a la pared para que no me viese. Los pasos pararon por un momento cuando unas piernas saltaron al lado mía . Su mano me cogió de la izquierda tirándome hacia él en la esquina mientras me tapaba la boca.
-Chchchch...
Y oí unos pasos de más personas con voces masculinas . Cuando las voces pasaron le di un codazo en el estómago para que me soltase. El desconocido me soltó de inmediato , lo cogí de la camiseta y le di una torta en la cara. Su lado derecho se puso rojo. Su cabeza miraba dirección abajo como si estuviese suelta.
-¿¡Quién eres el que se atreve a asustarme y mandarme callar !?. Dije mientras le cogía de la barbilla para que me mirase y ver su cara.
La miré y fui reconociéndola poco a poco. Era el chico que me ayudó en las escaleras. ¡Adrián Becker-Ah. Dije sin saber que decir. É l me miraba con cara de dolor y con un ojo cerrado. Abrí la boca y trague aire por la boca .
Él me miraba con respiración corta y rápida que tragaba aire por la boca.
- Lo siento mucho . Tartamudeé mientras que le tocaba el lado rojo del golpe. Su cara estaba caliente y mi mano fría.
-Perdóname. Volvía tartamudear mientras le acariciaba el pelo para que se sintiese mejor.
-¿Eva?. Consiguió decir.
-Si soy yo . Respondí de lo más nerviosa.
-¿Por qué llorabas? Retirándome mi mano de su pelo.
-Por nada . Dije bajando la cabeza mientras me mordía los labios conteniendo las lágrimas.
Me sentía fatal había perdido a mis amigas y encima Adrián Becker me había visto llorar. Sin querer me salió una lágrima después de otra que la primera calló en mi suéter y la otra se quedó en mi cara.
-Eh, eh .No llores más. Dijo con tono preocupado.
Me quité la lágrima que tenía en la cara. Me levanté y le di la mano para que se levantase tal cono hizo él ayer. Él se levantó y con un gesto desagradable se fue. Estaba confusa pero si... él parecía preocupado al final. Suspiré para tranquilizarme y tener un corto alivio en la cabeza. Y volvía pensar en Adrián Becker . A lo mejor seguía enfadado de mi comportamiento de hoy y de haberme despedido ayer así como así. Fui por los pasillos cuando vi a Nuria Steel pasar; miré sus combers negras relucientes con pinta de ser nuevas, la miré y ella me sonrió tímidamente encogiéndose de hombros mientras se recogía un mechón de pelo y se lo ponía detrás de la oreja. La sonreí confusa sin saber por qué hacía esto. Después de pasar todas las clases fui andando hacia mi casa con la cabeza baja . Había perdido a mis amigas , Adrián Becker se comportó de una forma muy extraña que me dejó confusa más que Nuria Steel. Llegué a mi casa dejé la mochila en la entrada y me tiré en la cama de cara. Después de unos segundos giré la cabeza . Miré la ventana que caían de sol en mi cama.
-¡Eva! . Gritó mi abuela.
Refunfuñé y bajé las escaleras.
-Me voy al médico tendrás que ocuparte de hoy y mañana directamente a la tienda de telas , así que ve mañana directamente a la tienda , aquí tienes las llaves. ¡Cuida de Carlota! Mañana vendrá con una madre y su hija.
Apareció mi hermana por atrás me giré:
-A la tienda. Llévate algún juguete pero rápido. Ordené.
Cogí mi abono del metro y el monedero. Fuimos hacia el metro y cogí el abono de Carlota. Yo tenía el abono joven por qué iba más habitual a la tienda que ella. Llegamos a la tienda y ganamos 52 euros en toda la tarde. Cuando llegó mi abuela cuando me ayudaba Carlota a recoger las cosas y nos acompañó a ir a casa en autobús.
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