martes, 2 de febrero de 2016

Dos personas, un destino (historia de Bruno 6ºA)

Introducción


Después del último día en el instituto, por fin nos dan las vacaciones de verano. Por fin a descansar y no preocuparme de nada más. Pero, pensándolo, no tengo planes para hacer. Ya han abierto la piscina de mi urbanización. Llamaré a mi primo a Max para que venga conmigo y no estar sola. Él vive a 30 min de aquí, pero sus abuelos viven cerca de mí, así que algún día que vaya a su casa le llamaré a ver si quiere venir, o prepararse y venir a mi casa directamente. Nuestra abuela vive conmigo y mis padres, porque desde que murió mi abuelo quiso quedarse con uno de sus hijos, y mi madre se lo ofreció la primera y por eso vive con nosotros.


También no me extrañaría encontrármelo en la piscina, porque sus abuelos y mi abuela son muy amigos y siempre van a la piscina, en la pradera a jugar a las cartas con más amigos suyos. Solemos ir nosotros a la piscina más que los demás, y mis hermanas y su hermano también vienen con nosotros a veces, porque ellos son mas pequeños y aunque les guste bañarse, suelen jugar mucho en la pradera y por zonas de aquí. Esto no es solo una piscina, es un club social que está abierto en otras épocas del año. Yo suelo ir en invierno a patinar a unas pistas que hay allí, en verano los niños también juegan en un parquecito que hay allí, o nuestros padres van a jugar al padel.

Esperaré a que venga conmigo o sino quedaré con mis amigas por el barrio.



Dos personas, un destino



l. La llegada de el verano


-Que tengas buenas vacaciones, Serana- me dice mi mejor amiga. -Igualmente, María.- Me doy media vuelta y empiezo a andar hacia mi casa.


-¡Abuela, ya he llegado!- la digo a mi abuela.-Vale. ¿Qué tal el último día?- me dice -Bien. Oye ¿dónde están Alba y Andrea?- la pregunto - Han ido al parque con unas amigas, y tu madre las ha llevado.- me contesta - Vale. Ahora me voy a la piscina a relajarme un poco ¿vale? porque aunque haya sido el último día de insti estoy cansada y quiero soltarme un rato.- la digo - Vale - me contesta.

Me subo a mi habitación a prepararme. Me pongo el bikini, encima la ropa, cojo mi mochilita de verano, me pongo las chanclas, guardo la toalla y la crema solar en la mochilita y me voy. -¡Adiós abuela!- la digo - ¡Adiós Serana! ¡Ten cuidado!- me avisa.

Abro la puerta y me pongo en marcha. Para llegar solo tengo que andar calle abajo y luego meterme en un callejón que me lleva a una senda. Cuando llego a la senda tengo que girar a la izquierda y un poco de frente me encuentro con la puerta de el club. Yo soy socia, y para entrar solo tengo que pasar mi carnet por un lector y se abre la puerta. Al entrar está la mesa de recepción a la izquierda y más de frente hay unos sillones. En la zona de los sillones está a la izquierda el vestuario de hombres y a la derecha el de mujeres. Luego ya sales fuera, de frente hay un pequeño parque con una mesa de ping-pong al lado y cerca está la entrada a la piscina para niños, un pequeño charquito donde pueden chapotear los niños que aún no saben nadar. Un poco a la derecha de el parque, hay una terraza de un bar, y entre el parque y el bar, hay un camino que te lleva a la pradera. Al salir también a la izquierda hay una entrada a el vestuario de hombres y a la derecha al de mujeres. Al lado de el de hombres, hay un pequeño cachito de césped al que llamamos "pradera pequeña" y entre el parque y la pradera, hay una entrada a la piscina. A la derecha del vestuario de mujeres, a la izquierda de el bar, hay un camino que te lleva a las pistas de patinaje y de padel, tenis y fútbol. Yo me dirijo directamente a la piscina y pegadas a la valla hay unas sillas en las que suelo dejar mi mochila cuando voy sola, como hoy, dejo mis cosas, me quito la ropa, que ya me había puesto el bikini en casa, me doy una duchita en unas duchas que hay al lado de las sillas, y me tiro a el agua.

Me dejo flotar en el agua y pienso: "Al fin verano, a descansar, sin madrugar, disfrutar y relajarme en el agua, con mis primos y mis hermanas, mis padres, tíos y mi abuela. No tengo que preocuparme de nada más hasta septiembre"

Empiezo a hundirme y a bucear, nadar con la tripa pegada a el suelo, pero, de repente...¡Necesito subir! Pongo los pies en el suelo y me impulso hacia la superficie. Por un momento pienso “¡qué alivio!”. Me salgo del agua y cojo la toalla para secarme. Cojo mis cosas y me dirijo al vestuario de mujeres para ducharme.

Después de ducharme y vestirme, me vuelvo a casa.

Al llegar a mi casa, llamo al timbre, y me abre mi hermana Alba. - ¡Hola Serana!¿Dónde has estado? - me pregunta - En la piscina - la respondo - Ah, vale - me dice. Llego a la sala de estar y están mis padres, mi abuela, mis tíos, mi primo y Max. -¡Hola!¿Cómo tanta gente?- pregunto -Hola hija. Les hemos invitado a comer- me dice mi madre. -Ah, vale- la digo. -Hola Serana- me dicen mis tíos, mi padre, mi abuela y mis primos -Hola- respondo.

Me acerco a Max -Hola- me dice -Hola- le contesto -¿Te subes conmigo a mi habitación?- le pregunto -Vale- me responde. Nos levantamos los dos y nos ponemos en camino a mi habitación -¿A dónde vais chicos?- me pregunta mi padre -A mi habitación- le respondo -Vale- me contesta. Subimos arriba y nos metemos en mi habitación. Nos sentamos en la cama y empezamos a hablar. -¿Qué tal el último día de clase?- me pregunta -Bien ¿y tú?- le respondo -Bien, por fin a descansar- me dice -Eso llevo pensando toda la mañana- le digo -Oye, cambiando de tema, ¿qué tal el baño?- me pregunta -Bien, ¿te vienes mañana aquí a las 10 o a las 11 de la mañana y no vamos a bañar hasta la hora de comer?- le pregunto -Si me dejan mis padres y si no, otro día ¿vale?- me dice -Vale- le respondo.

-¡Chicos a comer!- nos dice mi madre -¡Ya vamos!- le decimos. Nos levantamos y vamos abajo. -Ayudad a poner la mesa por favor- nos dice mi madre -Vale- le contestamos -Llevad los platos y la bebida, coged fanta para vosotros y agua si alguien quiere. Los mayores tomamos coca cola- nos dice -Vale, ya vamos- la digo.

Max se acerca a por los vasos y yo abro la nevera para coger el agua y la fanta y lo llevamos todo a el patio. -¿Cuántos somos?- me pregunta Max -En total, 10- le contesto -Vale, gracias - De nada - le respondo. -¿Para qué lo necesitas?- le pregunto -Para poner los vasos- me contesta -Ah- le digo. Saco las bebidas al patio en la mesa, ya están la mayoría sentados y solo falta traer la comida. Mi abuela me llama y me dice: -Serana, ayúdame a llevar algunos platos por favor - Vale, dame tres - la contesto. Cojo los platos y los llevo al patio, vuelvo a la cocina y llevo los que quedan.

Cuando termino de comer recojo mi plato, mi vaso y mis cubiertos y los llevo a la cocina. Luego me siento en el sofá a reposar, un rato sentada, y me duermo.

A las 2 horas me despierto. Son las 16:07 de la tarde. Viene Max y me pregunta -¿Te vienes a dar un baño?, tanto tiempo que llevas dormida me ha dado tiempo a ir a la casa de mis abuelos para coger un bañador y todo lo que necesito para bañarme. ¿Quieres? - Vale, voy a por las cosas - le respondo.

Cuando tengo todo preparado, me bajo con él que me está esperando en la puerta de mi casa y salimos fuera. Empezamos a andar, el mismo recorrido de siempre. Cuando llegamos pasamos los dos nuestro carnet de socio por el lector de la puerta y entramos dentro. Vamos hacia el agua, dejamos las cosas en las sillas, y nos tiramos al agua.

-¡Hey Serana! A ver quien aguanta más bajo el agua- me dice Max -Venga, 1,2 y 3.- sumergimos los dos la cabeza en el agua y empezamos a mirarnos. 10 segundos después a mi primo se le cae la sonrisa, cierra los ojos, y empieza a caer al suelo.¡¿Qué hago?! Los nervios dominan mis pensamientos por un segundo, asomo la cabeza en la superficie para coger aire, y me meto de cabeza en el agua en rescate de Max. Llego hasta él, le agarro con la mano derecha, y con las piernas y el brazo izquierdo, me impulso hacia la superficie. Por fin respiro aire, tumbo a Max en el suelo y empieza a toser y a echar un poco de agua por la boca. -¿Estás bien Max?- le pregunto -Sí- me contesta -Madre mía qué susto que me he llevado, casi me da algo más fuerte que a ti al verte caer- le digo - Ven, siéntate- le digo. Aparto nuestras mochilas y le siento en la silla. -Gracias por todo, Serana- me dice -No te preocupes, solo ha sido un susto, nada más- le digo -Bueno pero gracias- me dice -De nada- le contesto.


A los 5 minutos le digo -Max, ¿nos metemos en el agua otra vez? pero sin juegos de esos.-Vale- me dice. Me quito la toalla de los hombros y me tiro a el agua. -¡Qué fría está!- digo -¡Ya ves!- me dice Max. Nos empezamos a mover buceando y nadando por toda la piscina, mirándonos...

Al cabo de un rato, le digo a Max que si nos vamos ya a casa. -Vale- me contestó. Ahora mismo estoy saliendo del vestuario y me encuentro a Max sentado en uno de los sillones de la entrada. -Por fin... Te estaba esperando- me dice -Ya estoy, vamos- cuando vamos andando por la senda me dice -Oye ¿sabes qué?- ¿Qué? - le contesto -He llegado a la conclusión de que es imposible hacer algo con mujeres o adolescentes chicas- me cuenta -¡¿Por qué?!- le digo riéndome -Porque las chicas sois muy pesadas en todo, en compras, duchándose...- me dice riéndose -Jajajaja, es verdad- le digo. Dejamos de hablar y seguimos en marcha a mi casa.





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